Los eventos adversos son la sexta causa de muerte en los Estados Unidos, ubicandose por encima de enfermedades como la diabetes, la enfermedad renal, el Alzheimer, la influenza y la neumonía. Dichos eventos provocan una cifra de mortalidad anual de aproximadamente 32 mil personas, y generan gastos superiores a los 9 billones de dólares, siendo para algunos países en vía de desarrollo la primera causa de morbimortalidad global.
Se define como evento adverso: las lesiones, daños o complicaciones involuntarias provocadas por la atención en salud, que pueden terminar en una prolongación de la hospitalización, deterioro del estado de salud, incapacidad e incluso en la muerte del paciente.
Según la revista de Enfermería Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México, en un artículo que describe un estudio llamado “Eventos adversos en pacientes hospitalizados reportados por enfermería”, la mayor parte de estos eventos son producidos por la falta de experiencia, habilidades y supervisión del personal de salud.
Por el impacto que estos eventos tienen en la calidad de la prestación de servicios de salud en el mundo, el tema se incorporó a la discusión en la 55° Asamblea Mundial de la Salud en 2002. El resultado fue que la Organización Mundial de la Salud y sus países miembros crearon la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente en 2004, cuyo objetivo es apoyar a los estados en la formulación de prácticas y políticas que reduzcan lo más posible los eventos adversos en salud y garanticen la seguridad de los pacientes.
Una de esas políticas de carácter organizacional es conocida como la mentoría, que consiste en una relación laboral del mentor y mentorizado. Durante este proceso se guía, conduce, apoya al mentorizado, para que la fata de información y experiencia no afecte la seguridad de los pacientes. El proceso de mentoria garantiza una óptima calidad en la prestación del servicio de salud, permite la potencialización del capital humano alineandolo con el modelo de conductas y mejora los valores y compromisos de la empresa prestadora del servicio.
Esta estrategia, que engloba beneficios para pacientes y trabajadores de la salud, también potencia la capacidad social, de trabajo en equipo y adaptación del personal que trabajará por objetivos comunes. Para David Clutterbuck, autor del libro Mentoring: “Técnicas para motivar, desarrollar las relaciones”, esta “tiene el poder de sembrar en el mentorizado un gran sentido de compromiso y lealtad con la organización”.
La mentoría tiene tres etapas.
La primera busca establecer la confianza, empatía y credibilidad entre el mentor y el mentorizado, a la vez que se establecen metas y retos que lograr durante el marco de la atención.
La segunda estapa profundiza sobre los retos, metas y los fortalece mediante trabajo conjunto.
La tercera etapa, realizada al final de la mentoría, consiste en evaluar las metas alcanzadas, se exponen las relaciones obtenidas, y se estudian las dificultades que pudo haber durante el proceso para finalmente elaborar un plan de mejoramiento que pueda ser aplicado. De esta manera, obedeciendo a estos pasos predeterminados, se garantiza el crecimiento regular durante el proceso y la retroalimentación que aumenta la eficiencia de la práctica profesional.
Los beneficios de los sistemas de mentoría son muy importantes y por eso el Sistema de Salud pública Británico incorporó programas de mentoría en los sistemas de formación inicial de los enfermeros, los cuales ofrecen un apoyo esencial para los profesionales de nueva incorporación y reconoce a los profesionales con más experiencia, convirtiendo la mentoria en una pieza fundamental en la formación de los profesionales nuevos, que potencia los cuidados de calidad, reduce el riesgo de errores y disminuye el estrés profesional, además de los beneficios para la institución, como lo son la garantía en los cuidados de calidad, el fomento de la seguridad en la atención, el fomento del trabajo en equipo y la alta motivación de los profesionales.
Es esencial para la optimización de los procesos organizacionales y a nivel de servicios, el permanente flujo de comunicación entre los miembros, que permita el desarrollo de relaciones constructivas que cohesionen el desempeño y las labores de los trabajadores de la salud en pro de objetivos que garanticen la seguridad del paciente. Al tiempo que mejoren los procesos y protocolos organizacionales de las empresas prestadoras de servicios de salud, se puede mejorar un sistema diseñado para ser competitivo, sin dejar de ser garantista y humanizado.
Autores:
Alexander Casallas Vega – Enfermero de Pontificia Universidad Javeriana.
Especialista en Docencia Universitaria de la Universidad El Bosque.
Magister en Epidemiología Clínica de la Pontificia Universidad Javeriana.
Enfermero Coordinador de la unidad de cuidado critico pediátrico y miembro del comité de ética de la Clínica Colsubsidio, Bogotá DC.
Director de la Especialidad de Enfermería Neonatal encargado. Docente e investigador asociado de la Universidad El Bosque.
Nancy Moreno Castro – Administradora de Empresas. Estudiante aspirante al título de Especialista en Seguridad del Paciente de la Universidad El Bosque, Bogotá DC.
Amalia Alejandra Quintana Palacio – Enfermera. Estudiante aspirante al título de Especialista en Seguridad del Paciente de la Universidad El Bosque, Bogotá DC.
Juan Pablo Tamayo Gutiérrez – Enfermero. Estudiante aspirante al título de Especialista en Seguridad del Paciente de la Universidad El Bosque, Bogotá DC.
Sindy Magaly Vergara Suarez – Enfermera. Estudiante aspirante al título de Especialista en Seguridad del Paciente de la Universidad El Bosque, Bogotá DC.
Referencias Bibliográficas
Zárate-Grajales R.A., Salcedo-Álvarez R.A., Olvera-Arreola S.S., Hernández-Corral S., Barrientos-Sánchez J., Pérez-López M.T. et al . Eventos adversos en pacientes hospitalizados reportados por enfermería: un estudio multicéntrico en México. Enferm. univ [revista en la Internet]. 2017 Dic [citado 2021 Mar 22] ; 14( 4 ): 277-285.
Disponible en:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-70632017000400277&lng=es. https://doi.org/10.1016/j.reu.2017.08.005.